En una de las zonas más pintorescas y encantadoras del mundo, el centro del lago de Como, se encuentran olivares en el límite norte del cultivo de la especie. Los primeros asentamientos fueron realizados por esclavos griegos después de los romanos y la particular dulzura del clima del lago permitió que el cultivo se extendiera sobre una superficie bastante grande. Es por tanto una cultura llena de tradiciones y el aceite producido siempre es apreciado por su tipicidad, ligada tanto a la latitud como a la presencia de cultivares preciados como Frantoio, aprecio que también vino de la reina Teodolinda que lo exigió en su mesa. Esta antigua tradición continúa ahora en Lenno, en la almazara de los hermanos Vanini. La familia Vanini tiene una larga historia en el ámbito de las almazaras, que comenzó en 1850.
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En una de las zonas más pintorescas y encantadoras del mundo, el centro del lago de Como, se encuentran olivares en el límite norte del cultivo de la especie. Los primeros asentamientos fueron realizados por esclavos griegos después de los romanos y la particular dulzura del clima del lago permitió que el cultivo se extendiera sobre una superficie bastante grande. Es por tanto una cultura llena de tradiciones y el aceite producido siempre es apreciado por su tipicidad, ligada tanto a la latitud como a la presencia de cultivares preciados como Frantoio, aprecio que también vino de la reina Teodolinda que lo exigió en su mesa. Esta antigua tradición continúa ahora en Lenno, en la almazara de los hermanos Vanini. La familia Vanini tiene una larga historia en el ámbito de las almazaras, que comenzó en 1850.