La historia de Tre Spade no es solo la historia de una empresa. Por supuesto, en toda empresa industrial las historias de los hombres y las máquinas, el poder de las invenciones y la capacidad de “hacer” están entrelazadas. Pero por muchas razones, lo que nuestra marca representa es algo diferente. Por sus orígenes, en primer lugar, vinculados a un perfume intenso y, por aquel entonces, todavía desconocido. Las tres espadas cruzadas aparecieron en 1894 en el cuerpo de uno de los primeros molinillos de café italianos, nacido junto con la moda del espresso que se estaba extendiendo en aquellos años entre los paladares más chic. De los molinillos a los molinillos de pimienta el paso fue corto: a principios del siglo pasado, Tre Spade diseñó el mecanismo que aún hoy es insuperable en funcionalidad, precisión y fiabilidad. En esos mismos años, los primeros automóviles (o mejor dicho, los automóviles, en masculino, como se decía antiguamente) empezaron a circular por las grandes ciudades: la empresa comprendió pronto la trascendencia de la nueva revolución del motor y desde 1906 nuestra empresa familiar se transformó en una de las pioneras en el campo de la mecánica del automóvil. A partir de entonces, año tras año, nacieron herramientas agrícolas y componentes de acero estampados en caliente, que representan una de nuestras almas. Sí, porque otra cosa que nos hace un poco originales es esta idea de unir una vocación fuertemente industrial, forjada en el metal, y un auténtico amor por las cosas buenas. Paralelamente a las experiencias automovilísticas, con el paso de los años la innovación continuó en el sector del equipamiento de cocina: primero las picadoras de carne, luego los exprimidores de tomates y después las embutidoras de salchichas. Tres familias de productos que todavía hoy demuestran claramente nuestra atención a quienes trabajan en la cocina.
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La historia de Tre Spade no es solo la historia de una empresa. Por supuesto, en toda empresa industrial las historias de los hombres y las máquinas, el poder de las invenciones y la capacidad de “hacer” están entrelazadas. Pero por muchas razones, lo que nuestra marca representa es algo diferente. Por sus orígenes, en primer lugar, vinculados a un perfume intenso y, por aquel entonces, todavía desconocido. Las tres espadas cruzadas aparecieron en 1894 en el cuerpo de uno de los primeros molinillos de café italianos, nacido junto con la moda del espresso que se estaba extendiendo en aquellos años entre los paladares más chic. De los molinillos a los molinillos de pimienta el paso fue corto: a principios del siglo pasado, Tre Spade diseñó el mecanismo que aún hoy es insuperable en funcionalidad, precisión y fiabilidad. En esos mismos años, los primeros automóviles (o mejor dicho, los automóviles, en masculino, como se decía antiguamente) empezaron a circular por las grandes ciudades: la empresa comprendió pronto la trascendencia de la nueva revolución del motor y desde 1906 nuestra empresa familiar se transformó en una de las pioneras en el campo de la mecánica del automóvil. A partir de entonces, año tras año, nacieron herramientas agrícolas y componentes de acero estampados en caliente, que representan una de nuestras almas. Sí, porque otra cosa que nos hace un poco originales es esta idea de unir una vocación fuertemente industrial, forjada en el metal, y un auténtico amor por las cosas buenas. Paralelamente a las experiencias automovilísticas, con el paso de los años la innovación continuó en el sector del equipamiento de cocina: primero las picadoras de carne, luego los exprimidores de tomates y después las embutidoras de salchichas. Tres familias de productos que todavía hoy demuestran claramente nuestra atención a quienes trabajan en la cocina.
